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El ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid cree que solo el trabajo conjunto de los diferentes agentes educativos  (padres, profesores, orientadores, directores de centros, asociaciones de padres y madres, etc.) podrá lograr que las estadísticas disminuyan.

Urra anima a los profesores a trabajar las redes sociales en el aula porque “lo que antes era un grupo que se reía de ti, hoy hay alguien que lo graba, lo publica y lo amplifica, y el eco es devastador”.

El psicólogo y pedagogo ha hecho estas declaraciones en el marco de su participación en los videoforos SMConectados Responde que mensualmente organiza la editorial SM en la web SMConectados para abordar cuestiones relacionadas con la educación.

Madrid, 11 de diciembre de 2013.- El psicólogo y pedagogo Javier Urra ha visitado la sede de SM para abordar el tema del acoso en la escuela en una conferencia virtual que, bajo el título El bullying o acoso escolar. Cómo detectarlo y tratarlo en el aula, forma parte de los videoforos que mensualmente y de forma gratuita organiza la editorial en la web de SMconectados con el objetivo de ofrecer a los docentes la oportunidad de escuchar e interactuar con expertos relacionados con la educación.

Durante su ponencia, el que fuera primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, ha señalado que el 3% de la población sufre acoso escolar y que estamos ante una realidad que “pudiendo captarse, hay algún cobarde que mira para otro lado”. “Es mi diagnóstico y mi denuncia clara a algunos padres y a algunos profesores”, ha puntualizado.

Urra defiende que tiene que haber una gran conjunción entre el rol que desempeñan los agentes educativos (profesores, orientadores, directores de centros, padres, asociaciones de padres y madres, etc.) para lograr que las estadísticas disminuyan, y lamenta que a la Fiscalía lleguen más denuncias por cuestiones médicas que escolares.

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¿Por qué se produce el acoso escolar?

Para explicar el fenómeno del bullying, el autor, psicólogo forense en la Fiscalía de Menores del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ha señalado que “atendiendo a Freud, podemos decir que el ser humano se caracteriza por el seso y por el poder”.

 “Los niños no soportan al distinto”, da igual que “sea por fe, por religión, por opinión”, y es un hecho que ocurre porque “no estamos trabajando bien la realidad esencial de que lo distinto nos enriquece, nos propicia el diálogo, el debate”, advierte el autor.

Este hecho genera un problema en los niños que quieren crecer a veces a consta de otro y fijan como objetivo al que tiene una particularidad (el pijo, el de las orejas grandes, etc.).

Ante esta situación, se genera el siguiente rol: “él es el chivo; yo alcanzo un mayor liderazgo; ellos se ríen, no se ven acuciados ni preocupados por si gira el tablero, y le convierten en la víctima”, explica Urra.

Matones, víctimas y cobardes en un foro: el aula

Los casos de bullying se dan en un foro social, el aula, en el que concurren tres figuras: matones, víctimas y cobardes.

Los matones son aquellos niños o jóvenes que han adquirido la posición de machacar o ridiculizar a sus compañeros; no se hacen otros planteamientos y no quieren trabajar en grupo. Son aquellos que viven bajo la premisa de “no soy capaz de ser querido, pero se me teme porque impongo la fuerza”, afirma el psicólogo. Pero no hay que olvidar que son matones por alguna razón (no están bien en clase, o en casa…), advierte. 

Con respecto a las víctimas, Javier Urra ha señalado que no se puede hablar de características comunes, aunque sí existen rasgos genéricos: “suelen ser lábiles, incapaces de ganarse al grupo en su favor, suelen ser en algo distintos, permisivos, y desde luego, lo ideal para el agresor, callados”.

“Si en una clase hay 27 alumnos, de los que uno es la víctima y tres son los matones (con un claro líder), el resto son los cobardes”, explica el psicólogo. No hay que olvidar que “antes existía una ética grupal, pero ahora no. Ahora cogen el móvil, lo graban y encima gritan ‘mátalo, mátalo’”, concluye.

Los padres como detectores de esa tortura

Para detectar una situación de acoso en el aula hay que trabajar dos aspectos. En primer lugar está el papel del padre que “si se ha ganado la confianza de su hijo, sí puede detectar que a su hijo le acosan en el colegio. Pero hay que dar cabida a que el niño hable”, afirma Urra.

En segundo lugar, “tiene que haber una relación próxima, vincular y bidireccional entre colegio y padres”, explica.

Necesario liderazgo y valentía del profesor

Durante su visita, Javier Urra ha señalado que no hay que olvidar que “está en manos de los profesores en gran medida resolverlo o al menos minorizarlo”.

En la actualidad distintas comunidades autónomas han instituido que los profesores tengan potestas -si zarandeas a un profesor es como si se lo haces a un policía, pero el psicólogo aboga porque deben tener también autoritas.

“Ni el niño ni sus padres llevan siempre la razón, y hay que ponerles un límite. Y hay que saber decir que la conducta de un chaval esté perjudicando a toda la clase”, apunta. Así, “no puede haber un profesor que no sepa que hay maltrato en clase; o es un incapaz o es un impotente”.

Según el autor es fácil conocer quién es el matón, ya que el liderazgo comienza en preguntar al matón ‘a ti qué te pasa’ y ganarse al resto de la clase. Es ahí donde entra en juego el papel del líder, que indiscutiblemente debe ser el profesor. 

Además, los profesores, aún sabiendo que hay chavales que son objetores escolares y que no se les puede obligar a estudiar, tienen la misión de motivar y ser valientes para tomar decisiones, porque “es verdad, que cuando presentas una denuncia, como profesor tienes que seguir conviviendo con el agresor y con los padres del agresor”, explica.

El ciberbullying o acoso en la red

Para hablar de esta nueva realidad social, que “moralmente es más grave en cuanto al daño psíquico, cognitivo…”, el ex Defensor del Menor ha señalado que “acosar a uno de los iguales es siempre cobarde. Salvo en la red social, donde casi nunca se hace de uno a uno”. “Lo que antes era un grupo que se reía de ti, hoy hay alguien que lo graba, lo publica y lo amplifica, y el eco es devastador”, continúa. Por eso recomienda a los profesores que trabajen las redes sociales en el aula.

Urra no olvida que es un fenómeno difícil de abordar ya que, en algunos casos, como el los de chicos, mayoritariamente jóvenes e inseguros, que son capaces de acosar a alguna chica a través de la red social, “judicialmente es indemostrable en muchas ocasiones”.

Propuestas para luchar contra el acoso escolar

El psicólogo apunta a la educación en el perdón, la ternura, el cariño y la sensibilidad, como una de las claves para luchar contra el bullying: “hay que educar a los niños en la compasión (en ponerse en el lugar del otro), en el perdón (es esencial perdonar y dejarse perdonar). En la búsqueda del mutuo acuerdo, de la mediación, del respeto a la discrepancia”, en conclusión, “tenemos que enseñar a los niños a dialogar”.

Además, señala que hay que resolver el problema que existe con las sanciones en la escuela, ya que algunas no cumplen la función que les corresponde. Es el caso de la expulsión, que lejos de reprimir una conducta, es incluso buscada por algunos alumnos.

Ante esta realidad, Urra cree que “hay que conseguir que el chaval esté realizando otras actividades en bien social, y que el grupo y la víctima sepan que ha sido impuesta por el perjuicio que ha causado”.