SM inicia su actividad en Libranda
A partir de hoy, Libranda cuenta con títulos de la editorial SM, en castellano y catalán, de autores como Laura Gallego, Jordi Sierra i Fabra, Santiago García Clairac o David Lozano.
La fabricación de un e-book es, a día de hoy, un proceso largo y complejo que requiere de la participación de editores, diseñadores-maquetadores y profesionales expertos en tecnología.
Madrid, 15 de julio de 2010.- Hoy ha dado comienzo la actividad en fase Beta de Libranda, la plataforma digital independiente que presta servicios auxiliares para la comercialización de contenidos digitales, que en breve contará con el mayor catálogo de libros digitales en lengua castellana y lengua catalana a nivel mundial.
El Grupo SM, editorial especializada en contenidos educativos y literatura infantil y juvenil, inicia su actividad en Libranda con la incorporación de títulos en castellano y catalán de autores de reconocido prestigio como Laura Gallego, Jordi Sierra i Fabra, Santiago García Clairac o David Lozano; una oferta que aumentará progresivamente.
Rafael de Cárdenas, director corporativo de Innovación y Productos Globales del Grupo SM, afirma que "el precio de estos ejemplares estará en torno a un 30% por debajo del libro en papel".
Libranda inicia su actividad bajo el modelo de negocio de descarga / downloading de contenidos. Pone a disposición de las tiendas on-line el contenido digital de las editoriales con las que trabaja, para que éstas lo comercialicen y vendan al cliente final.
A partir de mañana, estos libros se podrán comprar a través de nueve tiendas on-line conectadas a Libranda: El Corte Inglés , FNAC, Casa del Libro, Abacus, Librerías Santos Ochoa, Libería Cervantes, Librería Laie, Leqtor y Todoebook. Como en el caso de las editoriales, se está preparando la conexión a Libranda de más tiendas on-line.
Para comprar cualquiera de los títulos disponibles, los lectores deben entrar en la página web de las tiendas mencionadas donde pueden ver el catálogo y comprar los libros electrónicos siguiendo el proceso de compra de la tienda.
La fabricación de un e-book, un proceso complejo
Según Jesús Pérez Lara, gerente de Procesos y Tecnologías Editoriales del Grupo SM, "a día de hoy, con el estado actual de las tecnologías, la labor de creación de libros electrónicos no consiste en pulsar un botón especial del programa de diseño".
En este sentido, señaló que esto puede ser así en el futuro, pero actualmente "el proceso es muy parecido a la edición de un original de autor para publicarlo en papel". Es decir, se trata de un proceso editorial que no solo requiere la participación activa de profesionales de la tecnología, "sino que también intervienen editores y maquetadores-diseñadores encargados de revisar el texto y reconfigurar todo el libro para que pueda ser visionado en los distintos modelos de e-reader".
"Esta implicación de sistemas y tecnología en el proceso deriva en un aumento del coste de tiempo y recursos humanos, ya que el libro requiere de más revisiones de texto de las que se hacen habitualmente en imprenta con el objetivo de mantener la calidad de los contenidos y de su presentación", explicó.
El proceso de creación de e-books para su lectura en dispositivos e-reader consta de numerosas fases, según Pérez Lara.
El primer paso sería conseguir los documentos de partida de la obra. En esta fase encontramos dos casuísticas: obras de las que no se conservan las maquetas con el diseño definitivo del libro en formato digital, ya sea porque se maquetaron en sistemas especiales propiedad de terceros o porque no se guardaron los archivos de forma que fuesen fácilmente recuperables, y obras de las que sí se dispone de ficheros informáticos, aproximadamente de los últimos diez años.
En el primer caso, las editoriales han de recuperar el contenido de la obra para convertirlo en un archivo digital. Para ello, se escanean los libros impresos y se utiliza un software de reconocimiento de texto (OCR). Este proceso tiene dos inconvenientes. El primero es que el OCR tiene una fiabilidad relativa, lo que obliga a revisar el libro completo por un editor o corrector. El segundo, que el libro pierde el formato y hay que dárselo de nuevo, requiriendo la intervención nuevamente del maquetador-diseñador.
Es decir, se trata de iniciar un nuevo proceso editorial en el que el original de autor se sustituye por un escaneado, que hay que editar y maquetar de nuevo para obtener el texto en formato digital.
En el caso de obras recientes cuyos ficheros informáticos se conservan, el proceso es diferente pero no exento de trabajo, ya que únicamente se elimina el primer paso de digitalización del texto. La tecnología de creación de epubs a día de hoy es de "puro bricolaje". Las herramientas existentes están en sus primeras versiones, y no existen herramientas "oficiales" que permitan industrializar el proceso.
Por eso, una vez digitalizado el contenido del libro, tanto en el primer como en el segundo caso, hay que desarrollar el archivo en formato epub, que es el adecuado para la lectura en e-reader. Para ello, en primer lugar, se ha de etiquetar el texto del documento, normalmente en Adobe InDesign, y eliminar los estilos de texto del documento, es decir, dejarlo plano como un original de autor. Después, cada palabra o párrafo de texto se ha de marcar con una hoja de estilo propia del libro digital que se haya definido previamente.
A continuación se exporta en formato epub, como si de imprimir una prueba en papel se tratase, para revisar "la prueba" en un programa lector de epubs. Esta labor la lleva a cabo un editor, que vuelve a realizar correcciones ortotipográficas y de distribución de paginación para que la obra tenga una lectura adecuada y una coherencia estilística.
Finalmente el epub se suele probar con diferentes herramientas informáticas y con diferentes modelos de lectores de libro electrónico existentes en el mercado para comprobar si se visualiza igual en todos o hay fallos en alguno concreto. Al ser un formato electrónico, el documento puede verse distinto en cada lector, lo que sería percibido como una merma de calidad por el cliente. Si existen estos problemas, aparece un nuevo actor en el proceso, el programador informático, que revisará la programación interna para adecuar el fichero.