Augusto Ibáñez: “Cualquier metodología puede servir al aprendizaje si se respetan los principios pedagógicos”
SM estuvo presente en el Congreso de Escuelas Católicas organizado por la OIEC (Oficina Internacional de la Educación Católica) en Nueva York.
Nueva York, 7 de junio de 2019.- Más de 1000 participantes de todo el mundo, en representación de 210 000 escuelas y 46 millones de escolares de más de 100 países, se dieron cita entre los días 5 y 8 de junio en el Congreso de Escuelas Católicas organizado por la OIEC (Oficina Internacional de la Educación Católica) en Nueva York.
El Congreso perseguía promover la toma de conciencia e intercambios sobre las dificultades actuales en materia de educación. Para ello, los asistentes trabajaron en "labs", todos basados en el mensaje de Laudato Si (la segunda encíclica del Papa Francisco) y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, y con el foco en la contribución de las escuelas católicas del mundo para educar a la solidaridad, al humanismo y a la preservación de la casa común.
Estos labs permitieron desarrollar ideas, pensamientos, conceptos, proporcionando las herramientas necesarias para su ejecución. Uno de ellos estuvo dirigido por Augusto Ibáñez, director Corporativo de Educación de SM, y en él propuso diferentes ejemplos de experiencias inspiradas en el Humanismo solidario y en la Laudato Si.
Para Ibáñez, las experiencias de aprendizaje se plantean como estructuras transdisciplinares orientadas a influir en la realidad a través de retos significativos. Para diseñarlas, primero hay que partir de buenas preguntas y abordarlas en el orden adecuado: para qué (propósito: modelo de persona y de mundo); qué (decisiones sobre el qué enseñar y el ajuste curricular necesario), y cómo (decisiones metodológicas adecuadas para llegar a cada persona). En segundo lugar, hay que diseñar la experiencia sobre cuatro pilares: uno axiológico (valores), un pilar pedagógico (principios para la inclusión: ajuste curricular, autorregulación, cooperación, y evaluación formativa), un pilar tecnológico (aprendizaje en profundidad y para la creatividad), y un pilar neuroeducativo (¿cómo aprende el cerebro?).
"Cualquier metodología puede servir al aprendizaje si se respetan los principios pedagógicos, aunque hay unas más adecuadas que otras”, afirmó el director Corporativo de Educación de SM.