Educación Hoy

La gran mayoría de los docentes disfrutamos de experiencias de formación y actualización en nuestra área, ya que esto nos permite abrir panoramas y conocer otras formas de trabajar y mejorar nuestra práctica docente. 

Y, aunque la teoría es necesaria porque nos da las bases sólidas y los fundamentos pedagógicos necesarios de aquello que estamos aprendiendo, definitivamente lo que más mueve a un docente es la cuestión práctica y cómo generar experiencias cada vez más significativas con sus alumnos. ¿Cierto? 

Por ese motivo, te comparto algunas estrategias básicas con las que puedes iniciar la implementación de algunos elementos que se han descubierto en la Neuroeducación, probablemente algunos de ellos los has trabajo o los trabajas y eso es muy bueno. Si ya lo haces, aquí lo interesante será que podrás tener mayor conciencia de ello y enfocar el objetivo concreto.  

¿Con qué puedo empezar? 

1.- Los primeros minutos de tu clase son fundamentales. Es el momento en donde tus alumnos tendrán aquella disposición para saber la información sobre lo que tratara la clase y elegirán si les interesa o no, por ello, será necesario que en tu planeación incluyas actividades breves pero significativas que activen el interés en lo que tienes que mostrarles, de ello dependerá la dinámica y fluidez de tu clase. 

2.- Elimina la frase: “Pongan atención”. La atención no se pide ni mucho menos se exige, se despierta. La atención en tus alumnos aumentará en la medida que tu ofrezcas estímulos, actividades o material interesante para ellos. A partir de esto, tus alumnos elegirán estar atentos por ellos mismos. 

3.- Haz modulaciones en tu tono de voz. Escuchar cierta cantidad de información por un tiempo prolongado puede ser cansado y aburrido para ellos convirtiendo tu clase muy monótona y predecible.  

No se trata de que grites todo el tiempo, ese no es el objetivo y además terminarás muy lastimado de tu voz. Intenta elevar un poco tu voz para hacer énfasis en aquella información relevante o clave que deben saber. Baja el tono de voz cuando sea información para reflexionar o concluir un punto.  

4.-Huye de lo rutinario. A nadie nos gusta la rutina, intenta realizar actividades diferentes, algo que siempre has tenido ganas de implementar y que por distintos motivos no te has animado a hacer. Reta a tus alumnos, ellos disfrutan mucho este tipo de experiencias ya que les da la oportunidad de involucrarse y aprender haciendo.  

La clase debe tener un orden y estructura, claro, sin embargo el propiciar otros tipo de experiencias en tu aula marcará una diferencia significativa no solo en tus alumnos sino contigo también. 

5.- Al cerebro le gusta las narrativas. Esto provoca que se activen distintas áreas del cerebro y que éste se active por completo. Puede ser un recurso que puedes implementar en momentos muy específicos y con objetivos concretos: introducir un tema nuevo, enseñanza de conceptos clave, antes de una prueba, etc. Se trata de variar las estrategias y no de realizarlas todo el tiempo, si tienes duda de esto te recomendaría leer nuevamente el punto 4.

Y no porque sea el último que se mencione es el menos importante: 

6.- Trabaja las emociones en tus alumnos. El factor de la emoción tiene un gran peso en los procesos de aprendizaje, marca la diferencia en la experiencia educativa y fomenta vínculos con los alumnos y entre ellos. 

De esta manera es como puede ir empezando a implementar la Neuroeducación en tus clases. Recuerda que pequeños grandes cambios hacen la diferencia.