La idea del trabajo colaborativo suena maravillosa, los motivos son apabullantes y sus ventajas nos entusiasman a todos, la única duda es ¿en qué momento, si ya estamos a tope? Porque si en algo estamos de acuerdo es que en la escuela difícilmente nos sobra tiempo. Por alguna extraña razón siempre hay más cosas que hacer que momento para hacerlas.
Ante este panorama, ¿cómo le hacemos un huequito al aprendizaje colaborativo? ¿Será que entre ver un video del tema y resolver las páginas del libro podamos incluir una actividad en parejas? ¿o sería mejor al final, si nos da tiempo, tras las preguntas de cierre?
Hoy quiero contarte algo que espero te alegre el día, si no es que la semana: no tienes que hacerle tiempo. Sí, tal como lo lees, no tienes que hacer algo extra, solo tienes que cooperativizar lo que ya haces (ver el video, resolver las páginas, etc.)
Dado que la finalidad de este enfoque es que los estudiantes aprendan más y mejor, partamos del proceso didáctico que seguimos de forma regular para propiciar aprendizajes significativos. Veamos algunas ideas para incorporar la colaboración en actividades que ya están, pero que generalmente las realizamos de forma individual. Para esto, retomaremos el Modelo 5E, una de las clasificaciones más conocidas para organizar las fases de del proceso de enseñanza-aprendizaje. A partir de este, te daremos algunas ideas generales de cómo involucrar la colaboración.
1. Enganchar
Como bien sabemos, la atención es la puerta al aprendizaje. Y por tanto, la motivación es indispensable, con ella nos ganamos el interés necesario para captar la atención y mantenerla. Esto lo hacemos cuando conectamos con sus intereses, despertamos la curiosidad. Para esta etapa también es útil compartir lo que haremos, cómo lo haremos o el propósito del tema. Para eso se presentan organizadores gráficos con el trayecto de aprendizaje, se da a conocer el objetivo del tema o el plan de trabajo.
Para cooperativizar este momento podemos:
• Mostrar el trayecto de aprendizaje u objetivo y pedir que lo comenten en equipos.
• Solicitar que en equipo enlisten sus expectativas respecto al tema.
• Invitarlos a que en parejas hagan ajustes o propongan el plan de trabajo.
2. Explorar
Esta fase implica para el docente la indagación y activación de conocimientos previos, esto por medio de un primer acercamiento a los materiales de estudio por parte de los alumnos.
Se trata de que ellos exploren por medio de material concreto, planteen algunas hipótesis acerca de lo que aprenderá o experimentan algunos desequilibrios cognitivos que cuestionen sus saberes para dar paso a la nueva información.
Para cooperativizar esta fase podemos:
• Invitarlos a que tras un momento de trabajo individual, contrasten en pequeños grupos sus predicciones o también pueden construir juntos una.
• En parejas o pequeños grupos comenten o enlisten lo que saben del tema.
• Comparen y contrasten sus saberes previos.
3. Explicar
En este tercer momento se incorpora el contenido nuevo que se aspira que aprendan. Para ello el docente retoma las inferencias que realizaron en la etapa anterior, además de clarificar ideas, proponer fuentes de información y presentar los contenidos. Además de la clase magistral, hay otras formas de abordar esta fase, como por medio de textos, videos, demostraciones, podcast, webquest, etc.
Para cooperativizar esta etapa podemos:
• Invitarlos a leer de forma intercalada el texto. Cada uno lee un párrafo y el otro escucha y parafrasea lo que comentó su compañero.
• Complementar sus apuntes con las notas de un compañero.
• Pedir que en parejas respondan algunas preguntas guías planteadas por el maestro.
4. Elaborar
Es el turno del procesamiento y aplicación de la información nueva. Esto implicará desde analizar las fuentes de información hasta resolver ejercicios, armar organizadores mentales, diseñar propuestas de intervención, crear carteles, diseñar infografías, entre muchas otras alternativas. La idea es afianzar la comprensión para que lo aprendido pueda llegar a la memoria a largo plazo y ser evocado en un futuro próximo.
Para cooperativizar este paso podemos:
• Asignar una guía de actividades y pedir que las resuelvan juntos, sin pasar a la siguiente hasta que todos hayan comprendido la anterior.
• En parejas o equipos elaboren un mapa mental o esquema mudo, es decir, sin hablar entre ellos.
• Intercambiar ideas, por turnos, para elaborar un producto.
5. Evaluar
Si bien la evaluación diagnóstica está implícita en las primeras etapas y la formativa durante todo el proceso, hacia el final del proceso resulta valioso un ejercicio de recapitulación en donde valoremos si los estudiantes están logrando transferir sus aprendizajes al conectarlos con situaciones cotidianas. También es un buen momento para la metacognición.
Para cooperativizar este paso podemos:
• Recapitular las palabras o ideas claves mediante un collage.
• Entre ellos se ofrezcan retroalimentación a partir de una guía de observación diseñada por el docente.
• Juntos crear un cuestionario de repaso, crearán de forma cruzada preguntas y respuestas.
¡Listo! La colaboración está dentro de tu clase, no al margen ni como un extra. ¿Te animas a intentarlo?
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