“El que no lee, a los 70 años habrá vivido solo una vida. Quien lee, habrá vivido 5,000 años. La lectura es una inmortalidad hacia atrás”. Umberto Eco
El proceso de adquisición de la lectura ha sido un tema controversial que ha preocupado a docentes y padres de familia desde hace muchos años.
Esto debido a que se mencionan diversas ideas y concepciones acerca de cuándo es el momento adecuado para que un niño aprenda a leer sumado a las comparaciones que se dan entre niños de la misma edad y los avances o retrasos que van presentando.
Desafortunadamente en algunos centros educativos, como parte de una estrategia comercial, promueven programas de aprendizaje de lectura rápido o prometen que los niños al tener 4-5 años de edad habrán adquirido esta habilidad.
Al no cumplirse esto se manifiesta una gran frustración, enojo y decepción por parte de los padres de familia y, en el caso de los niños, una gran repercusión en su seguridad y autoestima.
Forzar a un niño a aprender a leer prematuramente puede provocar sufrimiento y frustración totalmente innecesario.
¿De qué depende que unos niños aprenden más rápido a leer que otros?
La Neuroeducación nos dice que todo depende de la madurez que haya desarrollado el cerebro. Cada niño es único y diferente, esta madurez dependerá de varios factores que pueden favorecer a este proceso: la genética, estimulación recibida, el propio contexto, entre otros.
El Dr. Francisco Mora, experto en Neurociencias, nos comparte algunos datos importantes a considerar para el proceso de adquisición de la lectura:
1.- Leer es un proceso artificial y reciente.
La lectura nace de la necesidad de comunicarnos, su base es cultural no natural. Es decir, el ser humano identificó la gran necesidad de comunicarse más allá de su comunidad inmediata por lo que buscó distintas maneras para hacerlo y trascender.
Por ello, aprender a leer es un proceso que requiere entrenamiento que dura años, sin embargo, esto no tiene por qué crear sufrimiento.
2.- Aprender a leer más temprano no te hace más inteligente.
Una gran aportación de la Neurociencia sostiene que hay ciertas partes del cerebro que tiene que haber madurado previamente para aprender a leer por lo que aprenderlo antes no tiene trascendencia para el futuro.
Se sugiere que los niños están listos para aprender a leer a partir de los 7 años de edad, que es cuando su cerebro tiene las condiciones necesarias para hacerlo adecuadamente.
3.- Internet está generando un problema de atención.
Actualmente se ha descubierto que el proceso de lectura en internet es más deprisa y diferente. Esto trae algunas consecuencias respecto a la disminución de la empatía hasta la incapacidad para tomar decisiones.
4.- Leer cambia el cerebro y a ti también.
Todo esto gracias a la plasticidad cerebral ya que modifica la función de un área del cerebro programada para procesar y construir palabras.
“Cada persona cambia no solo en función de lo vivido, sino también de lo leído”. Dr. Francisco Mora
Consideremos esta información en relación al proceso de adquisición de la lectura, no hay prisa. Cada niño es diferente y vivirá su proceso a su tiempo.
Que nuestra urgencia y necesidad como adulto no afecte las emociones y autoestima de nuestros alumnos.
Preferible que aprendan con gusto y que desarrollen un hábito sano y de disfrute para su vida.
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