La maestra Olga nunca le dio clases a sus alumnos sobre cómo se hacían las ecuaciones de segundo grado y sin embargo, hoy, nada más llegar al salón, dividió a sus alumnos en equipos y les entregó una hoja con 20 ecuaciones, algunas de ellas bastante complejas, y los chicos se pusieron a resolverlas…no, no es magia, desde hace unos meses la maestra Olga decidió “invertir” su aula, y hasta ahora esta muy contenta con el resultado.
El Aula invertida o Flipped Classroom es un modelo de enseñanza - aprendizaje que transfiere el trabajo de algunos procesos de aprendizaje fuera del aula y usa el tiempo de clase para potenciar la práctica de conocimientos (y con ello su adquisición) dentro del aula; de esta manera, los alumnos acceden a los contenidos desde sus hogares (de manera virtual, mediante una plataforma), y pueden realizar ejercicios en clase, donde cuentan con nuestra experiencia para resolver sus dudas, con lo que podemos brindar apoyo y atención personalizada, además con este modelo liberamos tiempo de clase para poder tener actividades de participación, discusión y actividades aplicadas.
En el Flipped Classroom podemos presentar los contenidos a través de videos (breves) o podcast que publicamos en línea, también podemos incluir otro tipo de material como animaciones, simulaciones, infografías u otros recursos que pueden ser hechos por nosotros o bien que obtuvimos en la web; nuestros alumnos revisan los materiales propuestos desde su casa, en el tiempo que deciden y a su propio ritmo, pueden tomar notas, parar y regresar para revisar aquello que no les quedó claro, las veces que quieran. Durante la clase trabajamos los contenidos mediante ejercicios (individuales o grupales) o discusión de los mismos, así nuestros alumnos expresan sus dudas lo que nos permite realizar un seguimiento personalizado y llevar un registro puntual de sus avances.
Aunque existen algunos antecedentes, la metodología de Flipped Classroom es de creación reciente, en 2007 Jonathan Bergman y Aarom Sams, profesores de Química del Instituto Woodland Park en Colorado (EE. UU.), se dieron cuenta de que algunos alumnos que perdían clases (por enfermedad, por ejemplo) se atrasaban respecto a sus compañeros, por lo que decidieron usar un software para grabar sus lecciones en presentaciones de Powerpoint y ponerlas en línea para apoyar a sus alumnos, sin embargo al poco tiempo se dieron cuenta de que no solo los alumnos con faltas consultaban los videos, si no, muchos más alumnos acudían a ellos para resolver sus dudas o afianzar su conocimiento, con esto se animaron a realizar más videos que se volvieron virales en la comunidad escolar, con lo cual otros docentes se interesaron y empezaron a usar lecciones en vídeo y vídeo podcasts fuera del aula, aprovechando el tiempo de clase para realizar ejercicios y trabajar en equipo.
De acuerdo con Wikipedia, existen cuatro pilares de la metodología que se identifican por sus siglas en inglés FLIP1
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Entorno flexible (Flexible environment): Los educadores crean espacios adaptables donde los alumnos eligen cuándo y dónde aprenden, proporcionándoles una gran adaptabilidad al proceso. Además, los docentes que invierten sus clases son flexibles en sus expectativas, en los tiempos de aprendizaje y en la evaluación de los estudiantes.
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Cultura de aprendizaje (Learning culture): El modelo de aprendizaje flipped cambia deliberadamente la instrucción hacia un enfoque centrado en el alumno, en el que el tiempo de clase se dedica a explorar los temas con mayor profundidad y a crear más oportunidades de aprendizaje. Los estudiantes participan activamente en la construcción del conocimiento, al tiempo que evalúan su aprendizaje de una manera que puede ser personalmente significativa.
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Contenido intencional (Intentional content): Los educadores piensan continuamente sobre cómo pueden utilizar el modelo FLIP para ayudar a los estudiantes a desarrollar la comprensión conceptual y la fluidez de procedimiento. Los profesores emplean contenido intencional para maximizar el tiempo de clase con el fin de adoptar métodos y estrategias activas de aprendizaje centrados en el estudiante.
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Educador profesional (Professional educator): Los educadores profesionales observan continuamente a sus alumnos, proporcionándoles retroalimentación relevante en cada momento, así como evaluación de su trabajo. Los educadores profesionales son reflexivos en su práctica, interactúan entre sí para mejorar la calidad de su docencia, aceptan la crítica constructiva y toleran el “caos controlado en sus aulas”
Aunque el modelo de aula invertida no cuenta con una gran base de investigación científica sobre su eficacia algunos autores señalan diversas ventajas de “flippear” nuestras clases:
1.- Incrementa el compromiso de los alumnos porque se hacen corresponsables de su aprendizaje y participan en él de forma activa mediante actividades de cooperación y colaboración en clase.
2.- Permite que los alumnos aprendan a su propio ritmo, ya que tienen la posibilidad de acceder al material facilitado por el docente en cualquier momento y en cualquier lugar, todas las veces que necesiten.
3.- El aprendizaje se adapta mucho mejor a los ritmos de trabajo de los alumnos, lo que evita la frustración de aquellos que, por ir más adelantados o ser más capaces, se ven obligados en el modelo tradicional de enseñanza a soportar repeticiones innecesarias o ritmos de trabajo muy lentos.
4.- Sin embargo, gracias a esta modalidad de aprendizaje, los alumnos cuyas capacidades cognitivas están menos desarrolladas aprovechan la oportunidad de repetir temas cuantas veces lo necesiten dentro de la secuencia de aprendizaje, como la explicación de un proceso o la visualización de contenidos.
5.- Como la presentación de contenidos ya no es el eje central de la clase, podemos dedicar más tiempo a nuestros alumnos, personalizando su educación.
6.- Convierte el aula en un espacio donde se comparten ideas, se plantean interrogantes y se resuelven dudas, fortaleciendo la interacción y fomentando el pensamiento crítico, analítico y creativo.
7.- Permite compartir información con las familias con lo que aumenta su implicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Así, el modelo del aula invertida propicia el aprendizaje individualizado, así como la atención a la diversidad y la actividad en el salón de clases se desarrolla en un ambiente activo y colaborativo. Además, si nos ponemos a pensar, el modelo de Aula Invertida corresponde a un aprendizaje que es bastante cercano a nuestros alumnos más jóvenes, hace poco le pregunté a mi sobrina de 14 años que como aprendió a hacer algunos efectos con los colores de un dibujo que realizó, me contesto “vi un tutorial en YouTube y luego lo hice”, es muy común para ellos: Miras el tutorial y luego lo haces, con lo que creo que ahí hay un gran potencial para el aprendizaje.
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