Educación Hoy

La semana pasada me encontré con uno de mis exalumnos de secundaria, él en el año 1995 era apenas un adolescente y ahora en el reencuentro veía a un padre de familia joven pero preocupado por la educación de su hijo. Él quería para su hijo una escuela como en la que él había estudiado. No es la calidad y especialización con la que ahora los maestros enseñan, me decía, sino el ambiente que tiene la escuela, el lugar donde puedes hacer amigos que te duran toda la vida y que no quieres dejar de ver. Esa era mi motivación para ir a la escuela todos los días.  

Sus palabras me hicieron pensar, porque en realidad, eso lo podemos ver a la distancia del tiempo y no en el momento en el que lo vivimos. Cuando somos niños o adolescentes sólo nos dejamos llevar por el momento tan maravilloso o en algunas ocasiones angustiante que se genera en la escuela sin saber de dónde proviene y cuánto tiempo durará.  

El ambiente escolar, no es sólo una responsabilidad de los directivos y maestros y esto, la Escuela Católica lo tiene muy claro. El ambiente escolar es también construido por los alumnos, la capacidad que ellos tienen para relacionarse, resolver problemas que surgen entre pares y la disposición para aceptar al que piensa o actúa diferente. Se trata de construir una cultura emocionalmente sana.  

La educación emocional de los alumnos es una tarea constante que los padres de familia deben de realizar con sus hijos, pero que la Escuela debe de secundar y confirmar dicho desarrollo, por lo que, el papel del docente es esencial en tanto que ayuda a moldear el desarrollo de las capacidades emocionales y sociales de los alumnos. 

Peter Salovey y John Mayer creadores del constructo Inteligencia Emocional, piensan que son tres factores emocionales que deben ser educados en todas las personas, y en esto debemos incluir también a los niños y son los siguientes: 

• Atención emocional. Se trata como su nombre lo dice, de atender, hacer caso, no dejar pasar la emoción que se está viviendo. Las personas adultas solemos a veces no darle importancia o darle demasiada importancia a lo que “sentimos”, lo cual es un error. Atender la emoción significa, atender las emociones de manera adecuada, aprender a dar el peso justo a lo que sentimos. Además de saber identificar nuestras propias emociones, expresarlas correctamente y las necesidades que asocian a ellas, así como también de saber identificar las emociones de las otras personas.   
• Claridad emocional. Es la parte en donde comprendemos lo que nos pasa, de qué manera la emoción nos está afectando, qué la produjo y por qué la produjo. Llamarla por su propio nombre y cómo está relacionada con las diferentes situaciones que se están viviendo. 
• Regulación emocional. Implica estar abierto a estados emocionales tanto positivos como negativos, tener la capacidad de reflexionar sobre ellos y determinar si nos hacen sentir bien o mal y saber si queremos permanecer en ese estado emocional.  

Aplicaré estos tres puntos mencionados por Salovey y Mayer en un ejemplo de un estado emocional agradable que un alumno con inteligencia emocional podría manifestar a un compañero de clase:  

Ejemplo positivo:  

Erik, a la hora del recreo busca a Marco para jugar, sabe que jugar con él le hace sentirse bien. (tiene atención emocional, se ha dado cuenta que se siente bien estar con Marco). En la primera oportunidad le dice que le gusta jugar con él porque siempre lo incluye en el futbol y aun cuando se equivoca no se enoja ni lo regaña y esto le hace estar contento. (Tiene claridad emocional, comprende porque le gusta jugar con él), por lo tanto, le gustaría tenerlo siempre como amigo. (Esta interesado que esto dure por mucho tiempo).  

La Escuela, en sus programas de estudio, materiales y libros de texto que utilizan, debe contemplar el desarrollo de actividades que permitan que los alumnos crezcan en inteligencia emocional de tal manera que también ellos, sean generadores de ambientes que ayuden al aprendizaje.  

Algunos profesores no se sienten capacitados para acompañar a sus alumnos en el crecimiento emocional. Eso no debería de ser hoy un problema, pues en la red existe muchos artículos científicos en español que pueden servir como autoformación en esta área y que son propios para docentes, sólo basta echar un vistazo a autores como Rafael Bizquerra, Fernández Berroncal y Rosario Cabello por mencionar algunos.  

No nos olvidemos que muchos padres de familia buscan la Escuela Católica porque en ella se educa integralmente a los alumnos, pero además porque tienen AMBIENTES QUE EDUCAN.