Andrés Guerrero: “’Blanco de tigre’ es deudor de mis lecturas de la infancia, principalmente de dos libros: ‘Las aventuras de Tom Sawyer’ y de ‘El libro de la selva’”
Madrid, 11 de abril de 2019.- Blanco de Tigre, de Andrés Guerrero (Madrid, 1972), obtiene el Premio SM Gran Angular de literatura juvenil en su 41ª edición. Convocado anualmente por la Fundación SM, este galardón tienen una dotación de 35 000 euros, la mayor del mundo en su categoría.
El jurado del Premio SM Gran Angular 2019 decidió otorgar el galardón a la obra de literatura juvenil Blanco de tigre por «ser una aventura legendaria y mágica en la que una niña se atreve a apartarse del mundo reglamentado para enfrentarse a su libertad y a su mitad salvaje. Un canto a la naturaleza que también es un relato de aventuras, amor, fortaleza y sacrificio».
EL LIBRO
Título: Blanco de tigre
Autor: Andrés Guerrero
Ilustradora: Luisa Rivera
Edad: A partir de 14 años
Páginas: 200
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9182-571-5
Sinopsis: Esta historia pasó hace muchos años. Tantos que hoy nadie habla de ella. Aquellos que aún la recuerdan, aseguran que fue tan solo una leyenda de tantas que se fraguaron en lo más recóndito de la selva. Pero no lo es. Nunca lo fue. Un día, el azar quiso que el destino de mi hermana Duna se cruzara con el del tigre blanco. Y juntos encontraron su lugar.
Fecha comercialización: 11 de abril de 2019
ENTREVISTA AL AUTOR
¿Cómo surgió la idea de escribir Blanco de tigre?
Blanco de Tigre nació en el momento en que me di cuenta de que no podía escribir una historia sobre jóvenes actuales. Supongo que, por mi edad, me siento un tanto confundido con su manera de relacionarse y, en gran medida, desconozco sus recursos para desenvolverse en la vida. Se pasan largas horas hablando por Whatsapp, Facebook, jugando con consolas y permanentemente pendientes de los móviles. Muchos adultos también. Y no sería creíble una historia que hablase de ellos en el tiempo presente y excluyera esta realidad. Sin embargo, sentía verdaderos deseos de seguir escribiendo para jóvenes, así que tomé la decisión de enfrentarme a una historia que no se desarrollara en la época actual. Así nació Blanco de Tigre.
¿De qué trata la obra?
Trata de muchas cosas, más de las que en un principio pensé abordar. Entre el amor, la amistad, la familia, el peligro, la selva, los tigres y todo lo que no se puede contar aquí, se fue creando un universo rico en emociones y sentimientos, que saqué adelante con todo el cariño y lo mejor que pude.
¿Podrías presentarnos a los protagonistas de la historia?
Básicamente los protagonistas son una muchacha y su hermano. Además de los tigres blancos, por supuesto. Los dos protagonistas son miembros de una familia de pescadores de ribera. Ella, Duna, se ve forzada a abandonarlo todo y escapar a la selva, donde se convierte en una cazadora furtiva. Su hermano es quien nos va contando las cosas que le suceden a la familia durante la ausencia de su hermana. Luego se suman otros personajes, y como en toda historia de aventuras hay buenos y malos; buenos que son muy buenos y malos que son muy malos. Pero también hay otros seres más ambiguos, que para descubrir su verdadera naturaleza no nos queda otra que leer el libro.
¿En qué lugar y momento está ambientado Blanco de Tigre?
Blanco de Tigre se sitúa en cualquier lugar de la India, hacia el norte, y en mitad la selva. En una fecha imprecisa, donde unas familias de pescadores viven de lo que les proporciona el río, y siempre con el antiguo temor a la selva; el territorio donde reina el Tigre.
¿Por qué un tigre blanco como demonio de la historia?
Los tigres blancos son unos animales fascinantes rodeados de un halo de misterio. Además, algunos demonios de la cultura india tienen forma de tigre. En un pequeño borrador, de una historia de terror que tenía iniciada, jugaba con la idea de un lobo blanco y una joven que da a luz a un niño albino. De esa idea salió el germen del demonio blanco con forma de tigre, y lo que iba a ser una historia de un lobo blanco en un bosque europeo terminó sucediendo en la selva y con un tigre blanco. Nunca pude imaginar que aquel pequeño e impreciso relato se iba a convertir en un libro como Blanco de Tigre. Como tantas veces, fue la propia historia la que tomó el inesperado camino que nos ha traído hasta aquí.
¿Influye tu faceta de ilustrador en la de escritor?
Yo creo que sí, que es inevitable, y que influye en el lenguaje, en la manera de contar las cosas. Cuando escribo lo veo todo en imágenes; cada escena que ilustraría, los colores, las facciones de los protagonistas, todo. Supongo que cada autor tendrá su propia manera de imaginarse la historia que está escribiendo. Muchas veces, a la vez que escribo, voy haciendo bocetos y apuntes de las escenas. Sobre todo, en los libros que sé que van a llevar ilustraciones. Llevo mucho tiempo escribiendo e ilustrando mis propias historias para lectores más pequeños. Pero, aún así, cuando escribo para jóvenes y sé que los libros no llevarán ilustraciones, no puedo evitar dibujar de vez en cuando algunos bocetos de la historia.
¿Te parece que es un buen momento para la literatura juvenil?
Tenemos tendencia a pensar, y sobre todo a manifestar, que no es un buen momento para la literatura juvenil. También es recurrente decir que ¡nunca lo es! Pero mi opinión personal es contraria a estas ideas; yo creo que se publican más libros que nunca, que los jóvenes siguen leyendo y que el nivel de los libros actuales es suficientemente bueno para seguir creando interés por la lectura. Otra cosa es el mercado; las ventas, la competencia editorial, los balances de cuentas y todo eso. Lo he dicho en algunas ocasiones, que mil personas, mil jóvenes, compren un libro mío me sigue pareciendo mentira. Pero, mil libros no son muchos ¿O quizás sí?
¿Algún proyecto literario que tengas entre manos y que puedas contarnos?
Siempre tengo proyectos comenzados y que no sé si algún día saldrán adelante o no; quizás se queden ahí en un cajón junto a un montón de apuntes y bocetos o, si les sonríe la suerte, terminen siendo un nuevo libro. Quiero retomar los libros de autor-ilustrador para las primeras edades, a los que les debo mucho y he dejado un poco apartados, y me divierto mucho trabajando para los primeros lectores. Hay dos de ellos que también giran en torno a la selva, pero es una selva mucho más benévola y, sobre todo, divertida.
¿Por qué presentaste la obra al Premio SM Gran Angular?
Bueno, mi producción literaria juvenil es muy corta, y lenta, y ya que pensé presentarme a un premio importante ¿qué premio mejor que este? Lo intenté hace pocos años presentándome a El Barco de Vapor, con un original que, evidentemente, no ganó. Su título era Apaloosa y tuve la suerte de que después lo publicó SM en la serie roja de El Barco de Vapor.
¿Qué ha supuesto para ti ganar el premio?
Más de lo que hubiera imaginado y, sin que suene a falsa modestia, más de lo que podía esperar, y una inmensa alegría. Es cierto, te presentas con la ilusión de ganar, pero si eres realista tienes que entender que es algo casi imposible... ¡O no! diría alguno, pues ha sucedido. Para mí es un grandísimo regalo y a nivel profesional ha servido para quitarme de la cabeza la idea de que siendo ilustrador me metía a veces en un mundo ajeno. También siento que con este premio recae sobre mí, al menos en lo personal, cierta responsabilidad para con mis futuros trabajos como autor.
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Andrés Guerrero (Trujillo, Cáceres. 1958). El amor por los libros le fue transmitido por su familia desde la infancia. De aquí nació una gran pasión por los libros y una ilusión: ilustrarlos. Comenzó publicando viñetas humorísticas en algunas revistas, y luego pasó del mundo gráfico al dibujo animado. Años más tarde comenzó a ilustrar libros infantiles, algunos escritos por él mismo. Es colaborador habitual de prensa y revistas. En 2009 logró el Premio CCEI de Ilustración por Cinco ovejitas, editado por SM en la colección El Barco de Vapor.
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Fotos: © Sergio Cuesta