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Un cerebro hambriento de sensaciones: La clave para un aprendizaje efectivo

Un cerebro hambriento de sensaciones: La clave para un aprendizaje efectivo
"Aprender es, antes que nada, aprender a dominar tu cuerpo." 
Daniel Pennac

¿Qué opinas de esta frase? ¿Será que en verdad para poder aprender debemos priorizar lo que sucede con nuestro cuerpo? ¿Hemos hecho consciente esto con nuestros alumnos? 

En este artículo te cuento a qué se refiere “dominar el cuerpo” como clave principal para un aprendizaje efectivo y significativo

Para poder comprender mejor esta estrecha e interesante relación entre: cerebro, cuerpo, sensaciones y aprendizaje, nos apoyaremos en distintas disciplinas que, en su conjunto, nos permiten tener el conocimiento necesario para que el proceso de aprendizaje sea una experiencia exitosa dentro del aula. 

¿Cuáles son? En primer lugar, la Biología. Conocer las bases biológicas del aprendizaje y entender el cuerpo y sus necesidades nos ayudan a comprender elementos básicos a considerar para el aprendizaje. Se suma también la Neurociencia, que es aquella disciplina que estudia el sistema nervioso, el cerebro y los procesos cognitivos. Y finalmente, la Neuroeducación, que crea un puente entre la Neurociencia y la Educación buscando conectar cómo funciona nuestro cerebro durante los procesos de aprendizaje. 

¿Interesante no crees? 

Pues bien, las aportaciones de estas tres disciplinas proporcionan información sumamente relevante, no solo a los docentes sino también, a todos los agentes involucrados en las comunidades educativas para concientizar y priorizar las necesidades que deben ser cubiertas indispensables para aprender. 

Un cerebro hambriento de sensaciones: La clave para un aprendizaje efectivo

Específicamente ¿a qué tipo de estímulos sensitivos nos referimos? Nuestro cerebro reconoce tres tipos de estímulos principalmente los cuales son llamados: exteroceptivos, interoceptivos y propioceptivo y vestibular. Te explico de que trata cada uno. 

Los estímulos exteroceptivos, como su nombre lo describe, son aquellos que responden a la pregunta: ¿qué está pasando alrededor de mi cuerpo? Es decir, aquello que se encuentra en el exterior. Todo lo que es percibido por los sentidos como: la vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto tienen un impacto para el cerebro y el cuerpo. Algunos ejemplos serían: la temperatura, la voz del maestro, incluso, el aroma del aula. 

Ahora, los estímulos interoceptivos se refieren a la experiencia subjetiva del estado de nuestro cuerpo. ¿Cómo? Si, son todas las sensaciones que ocurren dentro de nuestro organismo: dolor, malestar, hambre, sed, ganas de ir al baño, la respiración, entre otros. Estos estímulos responden a la pregunta: ¿qué está pasando dentro de mi cuerpo? 

Y, por último, tenemos los estímulos propioceptivo y vestibular. El propioceptivo tiene que ver con la postura del cuerpo y el vestibular con la posición que tiene la cabeza en el espacio. Esto responde a la pregunta: ¿Dónde está mi cuerpo en el espacio? Un ejemplo de esto sería lo cómodo o incómodo que se siente el cuerpo al estar sentado en una silla por determinado tiempo.  

“Hay que poner el cuerpo en el centro de la educación” 

Hernán Aldana Marcos, reconocido Doctor en Biología por parte de la Universidad de Buenos Aires Argentina con especialización en Neurociencias, menciona que nuestro cerebro siempre buscará aquello que dé bienestar y permita sobrevivir.  

Entonces, ¿Cuáles son aquellos estímulos que el cerebro prioriza para el aprendizaje: los que vienen del aula o aquellos que se producen dentro del cuerpo? 

Sin duda, aquellos que se producen dentro del cuerpo: interoceptivo y propioceptivo y vestibular. Si estas necesidades no están cubiertas, el cerebro y el cuerpo difícilmente podrán estar con disposición a los estímulos exteriores, en este caso al aprendizaje. 

Justo a esto me refiero con el “dominio del cuerpo”, a satisfacer las necesidades que mi cuerpo requiere. Esto dará las pautas y condiciones necesarias para estar receptivo a los estímulos exteroceptivos, por lo tanto, al aprendizaje. 

Como docentes, es importante tomar en consideración esta información. Observemos y escuchemos las necesidades que manifiestan nuestros alumnos y tratemos de dar preferencia a ello. A lo mejor no siempre será posible cubrir todas al 100% pero si buscar la manera de que nuestros alumnos se sientan bien y cómodos. Pidamos apoyo a los padres de familia y trabajemos en equipo, todo es en beneficio de los alumnos. 

A veces, es necesario hacer ajustes en las prioridades que se tienen en el aula para obtener los resultados planteados. 

Empecemos de adentro hacia afuera. No perdemos nada en intentarlo, al contrario, la ganancia puede ser sorprendente.  

"Aprender es un viaje sensorial: cada sentido aporta una pieza al rompecabezas del aprendizaje." 

Un cerebro hambriento de sensaciones: La clave para un aprendizaje efectivo

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