“Desde que existe el libro nadie está ya completamente solo, sin otra perspectiva que la que le ofrece su propio punto de vista, pues tiene al alcance de su mano el presente y el pasado, el pensar y el sentir de toda la humanidad” dice Stefan Zweig; y es cierto, completa y absolutamente cierto, lo he comprobado una vez más en mi visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde pude recorrer los pasillos llenos de cientos y podría decir, miles de personas que estábamos ahí, ya sea físicamente o a través de sus libros y sus palabras hechas ideas, historias, descubrimientos, conocimientos, sueños y fantasías.
Se recibieron premios como el de Barco de vapor y Gran Angular 2024, cuyas obras se destacan por ser de lo mejor en literatura infantil y juvenil producido en el año. Pero también hubo cantidad de presentaciones y lanzamiento de libros que iban acompañados de la firma del autor. Entre ellos estuve presente en la presentación de M.F. de Antonio Malpica, una novela que retoma la mitología céltica y las historias populares centroeuropeas de donde provienen las hadas, pero que la presenta como una historia actual, donde lo real y lo imaginario, el mundo visible dentro del mundo invisible se afectan y suceden. Y, ¿ por qué no? si a fin de cuentas el poder del libro es expandir el alma, construir un mundo, articular nuestra vida personal e íntima.
Muchos libros nos han acompañado a largo de nuestra vida casi sin darnos cuenta, el libro se ha convertido en algo tan cotidiano que a veces no valoramos su importancia y trascendencia; nos hemos educado con libros de texto, con manuales hemos formado nuestra educación cívica, nos regimos de una ley suprema llamada Constitución y sobre todo, hemos leído y escuchado cuentos de hadas y princesas, caballeros valientes y heroínas incansables y sagaces que saben hacer lo correcto y muchas veces lo que se tenía por imposible hasta que…De eso trata el libro de conocer, de ir más allá de los límites, de la fe indestructible de los seres humanos que cuando están en situaciones extremas, logran abrir una puerta, una llave, una dimensión para ser libres e ir más allá de lo esperado y posible; de preguntar lo que nadie antes había preguntado.
Las canciones de cuna, los cuentos de hadas nos hacen volver a casa…nos ayudan a pasar por la vida terrenal donde nos relacionamos con símbolos, amuletos, íconos tan poderosos como las palabras por su poder de conmovernos. ¡Todo está en los libros! un libro parece ser el lugar perfecto para guardar lo importante, como dice Malpica en su reciente M.F., donde nos deja ver que no hay imposibles para la literatura.
“En cualquier ámbito, no sólo en nuestra propia vida, el libro es el alfa y la omega del conocimiento, la base de la ciencia”, a medida que vamos leyendo, vamos profundizando en los diferentes aspectos de la vida, cada libro es una mirada que enriquece la nuestra y nos permite ir más allá del mundo aparente para conocer el mundo con mayor agudeza, desde que existe el libro la humanidad aprendió a sortear distancias y tiempo, lograr pasar de la experiencia individual y limitada a la infinita compañía y riqueza que la escritura nos permite. Conocer y expandirnos hasta donde la lectura de libros nos lleve, hasta donde queramos llegar, porque al fin y al cabo es una elección y un privilegio que cada persona toma o deja: leer un libro es y ha sido siempre un privilegio desde que el libro existe.
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