Educación Hoy

Juntar a los estudiantes en equipo no es suficiente para hablar de trabajo colaborativo. Como generadores de experiencias de aprendizaje nos corresponde planear y cuidar una serie de detalles que posibiliten un aprendizaje colaborativo auténtico. Entre estos aspectos se encuentra el cómo integrar esos agrupamientos, cada cuándo generar un nuevo equipo y cómo distribuirlos en el aula física, temas que abordaremos a continuación.  

¿Cómo integrar los equipos? 

Siguiendo las recomendaciones de profesionales con muchos años de experiencia, te sugerimos este proceso: 

1. Establece el número total de equipos: Para esto considera la cantidad total de alumnos en el grupo y contempla que cada equipo debe de ser lo más cercano a cuatro integrantes. Por ejemplo, si son 24 alumnos, el número total de equipos será 6. 

2. Busca quiénes son los más capaces de prestar ayuda: Identifica no solo a los más aventajados académicamente sino a quienes además saben ayudar a otros. Elige uno por equipo, en el caso del ejemplo serían 6 los estudiantes más idóneos para prestar ayuda, anótalos en una lista. 

3. Busca quiénes son los que necesitan más ayuda: Ahora debes reconocer a aquellos estudiantes que para aprender requieren más apoyo de parte de otros y elegir uno para cada equipo. Siguiendo con el ejemplo, serían los 6 alumnos que más precisan ayuda, haz una segunda lista con sus nombres. 

4. Empareja sin extremos: Toma ambas listas y une a un estudiante que preste ayuda con uno que necesita apoyo considerando que sus niveles no sean extremos. Es decir, no asignes al más aventajado académicamente con el que necesite más ayuda, esto dificulta la colaboración porque la brecha entre ellos es muy amplia. Por tanto, arma las parejas con los estudiantes seleccionados en los pasos 2 y 3 considerando este criterio. Para este momento ya tienes 6 equipos con dos integrantes base. 

5. Busca subparejas para cada uno: Los últimos dos integrantes de cada equipo serán compañeros de nivel medio. Piensa en alguien que esté cercano al nivel de cada uno de los integrantes base, de tal forma que pudiera ser su pareja complementaria, con quien trabajen bien.  

6. Comprueba los grupos: Verifica si todos los equipos cumplen con otros criterios de heterogeneidad como el género, es deseable que haya una cantidad similar de niños y niñas; también puedes considerar aspectos como la diversidad racial. Recuerda usar el sentido común y revisar que no hayan quedado en el mismo equipo algunos que sea mala idea que trabajen juntos: disruptivos, enemistades, muy amigos, etc. Si conoces a los estudiantes, aprovecha esa experiencia. 

¡Listo! Ya tienes 6 equipos heterogéneos de 4 integrantes, con niveles diversos pero no demasiado lejanos entre ellos y con, por lo menos, un estudiante capaz de prestar ayuda a sus compañeros.  

¿Cuánto tiempo deben de trabajar juntos? 

Los equipos deben de ser estables. Es decir, lo deseable es que se mantengan durante un periodo de tiempo que permita que se adapten e idealmente debe ser el mismo equipo en todas las asignaturas. El tiempo de duración puede variar dependiendo el nivel educativo y la experiencia colaborativa previa, pero un criterio general es que permanezcan juntos un periodo, trimestre o un mes. Al inicio siempre habrá un periodo de adaptación en donde probablemente se presenten algunos conflictos en lo que se acoplan a sus compañeros y su forma de trabajo. Pasada esta etapa, la dinámica entre ellos mejorará. 

¿Dónde los ubicamos? 

En las aulas físicas es importante considerar los siguientes factores para la ubicación: 

• Visibilidad. Todos los miembros de los equipos deben poder ver al docente en el lugar en el que explica, sin tener que adoptar una posición incómoda. En ocasiones, un acomodo en diagonal hacia adentro evita que entre ellos se tapen. 

• Movilidad. Los equipos deben estar lo bastante separados entre ellos como para no interferir unos con otros y para que el docente tenga el camino disponible hacia cada equipo. Los alumnos deben tener un fácil acceso a los demás, al docente y a los materiales que necesitan para ejecutar las tareas asignadas. 

• Proximidad. Deben sentarse juntos, de forma que puedan mirarse a la cara, compartir materiales, hablar entre ellos sin molestar a los demás, etc.  

• Flexibilidad. Hay que tener previstas las distintas disposiciones y buscar la forma más inteligente de colocar el aula para facilitar cambios de estructura ágiles para el trabajo individual o en parejas. 

Si bien las salas de grupo de las aulas virtuales nos permiten omitir estas consideraciones, un consejo extra para estos casos es que todos los equipos estén trabajando en un mismo archivo colaborativo. De esta forma, aunque solo estés presente dentro de una sala, monitoreando a un equipo, podrás visibilizar el trabajo del resto del grupo. Nuestra opción favorita para esto es Google presentaciones. 

Como podrás ver, aprender colaborativamente requiere de verdaderos profesionales de la educación que orquesten con sabiduría estos procesos y criterios, ¡manos a la obra!