Conoce los resultados del informe "Panorama de la Religión en la Escuela 2020"
Viernes, 4 Diciembre, 2020 - 21:00
Panorama de la Religión en la Escuela 2020 es el más reciente estudio de la Fundación SM acerca de la realidad y valoración de la asignatura de Religión en España, mediante un trabajo exhaustivo y representativo que recogió las respuestas de casi veinte mil profesores, estudiantes, familias y futuros docentes, entre otros agentes involucrados en la educación religiosa escolar; se trata de una investigación reputada como la más completa sobre la enseñanza de la Religión que se ha realizado en las últimas décadas en ese país.
En el dossier de prensa a través del cual se difundieron sus principales resultados, observamos algunas cifras cuyas tendencias, más allá del contexto hispánico del que emergieron, pueden ser significativas en distintos contextos en los que está presente la clase de Religión, la que legitima su existencia en una sociedad que pone cada vez más en cuestión los valores tradicionales.
Así, interesante resulta constatar, por ejemplo, que más del 70% de los alumnos afirman que la asignatura de Religión ayuda a conocer otras culturas y a ser más tolerantes; que los profesores de Religión son valorados por encima de la media de los de otras asignaturas; que la responsabilidad sobre la educación religiosa de niños y niñas, antes fundada incuestionablemente en la familia, hoy deriva hacia la escuela; o que cuatro de cada cinco de estudiantes que fueron a clase de Religión vinculan aquella formación a una mayor sensibilidad hacia las personas que sufren.
Respecto de la percepción de las familias que han educado a sus hijos en establecimientos que imparten la asignatura, esta es muy positiva, constatándose que un 83% aprecia que la clase de Religión es buena por los valores que propone; un 81% estima que aumenta la cultura general; un 61% valora que hace más responsables a sus hijos; un 67% aprecia que fomenta en ellos el espíritu crítico. Cabe notar, según el perfil de estas familias, que una mayoría de los padres y madres se declaran católicos, cifras que descienden considerablemente a la hora de responder por sus prácticas religiosas que aparecen como pocas o nada habituales.
La investigación también evidencia la subvaloración de la asignatura que acusan los docentes en ecosistemas educativos competitivos individualistas en los cuales la clase de Religión busca su legitimación y reconocimiento como un espacio valórico y ético para una convivencia diferente. En este sentido, un escaso 9% de los docentes de Religión se considera valorado por la sociedad; y solo un 49% por la Iglesia.
Los datos globales de este estudio son positivos y revelan una satisfacción generalizada en cada uno de los colectivos protagonistas de la enseñanza de la religión: es positiva la valoración de la profesión docente por los profesores de Religión; es muy positiva la percepción del aprendizaje y la estima de los profesores por parte de los alumnos; también las familias están satisfechas y destacan el valor de la clase de Religión para la formación ética y ciudadana de los estudiantes, además de la cultura general que entrega; es decir, se la percibe como un espacio que trasciende los "contenidos" propios del currículo porque aporta a las dimensiones actitudinales y valóricas para la vida.
Pese a la distancia geográfica, cultural y educativa que impide extrapolar datos desde la realidad española a nuestros contextos, resulta interesante revisar el dossier de prensa de este Panorama de la Religión en la Escuela , con la síntesis de los resultados, a fin de que docentes y directivos puedan comparar y contrastar los datos de este estudio y rescatar aquellas dimensiones comunes que suponen desafíos presentes y futuros para la asignatura de Religión y de sus docentes. Por otra parte, tal como lo señaló Carlos Esteban, director del Observatorio de la Religión en la Escuela de la Fundación SM, al presentar este documento: “Tras las conclusiones de este informe no parecen sostenibles ya algunos estereotipos sobre la enseñanza religiosa que perviven en algún imaginario y que castigan injustamente la realidad de la enseñanza de la Religión hoy. No parece razonable seguir acusándola de adoctrinamiento y privilegio de la Iglesia, más propio de otro tiempo”.