Para algunos padres resulta poco útil leer a sus bebés porque piensan que no están en edad para interesarse o comprender lo que se les está leyendo. Sin embargo, gran cantidad de estudios han demostrado que la lectura puede iniciarse incluso desde la gestación y tener un papel fundamental en el desarrollo lingüístico y cognitivo del pequeño.
La lectura a temprana edad puede hacer que los niños encuentren una pasión que los acompañará por el resto de su vida, podrán incentivar su creatividad, sus habilidades lingüísticas y de resolución de problemas, su curiosidad y ejercitar su cerebro para realizar actividades como procesar información y concentrarse.
Se ha demostrado que a partir del cuarto mes de gestación, el bebé comienza a desarrollar el sentido del oído y capta no solo los sonidos de su madre, sino otros externos. Este puede ser un buen momento para comenzar a poner música o leer al bebé y desarrollar aún más el lazo emocional con sus padres.
Desde el nacimiento hasta los seis meses, el bebé aún está desarrollando su sentido de la vista, por lo que es recomendable escoger libros con poca letra y que tengan elementos interactivos como marionetas o texturas.
De los siete meses hasta el primer año de vida, ya empieza a producir los primeros sonidos y sus primeras palabras, también puede mantener la mirada en algo y hasta sostener un libro. En esta etapa es importante el tono con el que leamos los libros; es preferible que narremos, entonemos y utilicemos distintas voces para los personajes con el fin de generar más interés en el niño para que disfrute la lectura aunque no comprenda por completo la historia.
Desde el segundo o tercer año de vida es importante seleccionar libros que les permitan identificar sonidos, personas, animales y situaciones, además de incentivar la lectura activa mediante la formulación de preguntas como: ¿Qué sonido hace el gato?, ¿Cuál era el nombre de la señora?, ¿Qué color o número es este?, etc.
Desde muy temprana edad los niños demuestran afinidad a ciertos temas y esto debe ser tomado en cuenta a la hora de elegir un libro. También es recomendable que el adulto seleccione un lugar cómodo para la lectura y una hora en la que realmente esté libre y pueda poner toda su atención.
La lectura no solo facilita el desarrollo emocional e intelectual del bebé, se puede convertir en un espacio para compartir con los hijos, conocerse y fortalecer el vínculo familiar.