Cómo cuidar la salud física y mental de mis estudiantes
Una de las tantas enseñanzas que nos ha dejado esta pandemia es la innegable importancia de la salud física y mental. El confinamiento que hemos tenido que asumir puede tener un fuerte impacto en los pensamientos y comportamientos sociales tanto de adultos, como de los más pequeños.
Los cambios de rutina y la presión por ajustarse a esta “nueva realidad”, pueden causar estrés y desmotivación en los niños, además de perjudicar su salud, autoestima y hasta la forma de ver el mundo. Los más pequeños no cuentan aún con las habilidades socioemocionales de un adulto, por lo que es fundamental trabajar con ellos en el control de sus emociones y ser una guía en este proceso tan desafiante para todos.
Uno de los primeros aspectos a tomar en cuenta es la condición familiar del niño, algunos deben lidiar con dificultades al interior de su núcleo familiar o se encuentran en una situación socioeconómica complicada. Será importante establecer límites en la ayuda que se le puede brindar, pues algunos inconvenientes no pueden ser solucionados por los docentes o simplemente se salen de sus manos. En este punto el docente debe ser empático y hacerle saber al estudiante que se encuentra a su disposición para hablar, así como estar al tanto de los servicios de apoyo psicológico o económicos que ofrezca la institución educativa a la que pertenece para poder entregar una información acertada.
Es importante comprender el miedo y la incertidumbre de algunos ante el virus o ante un posible contagio, debemos hacerles saber que la situación actual es temporal y que en algún momento todo volverá a ser como antes para ayudarlos a mantenerse motivados. Este tipo de situaciones pueden ser las indicadas para incentivar actividades de cuidado personal, como el lavado de manos, dientes y las duchas, que no solo los ayudarán a tomar conciencia de su cuerpo y evitar enfermedades, sino a tener rutinas que hagan su día más llevadero. Estas rutinas de cuidado personal y ejercicio son importantes para los niños más pequeños, ya que para ellos es crucial el poder compartir y jugar con otros niños. Igual de importante será incentivar los buenos hábitos alimenticios por medio de herramientas como la Pirámide NAOS de alimentación e implementar rutinas de ejercicio de al menos una hora diaria.
Experiencias como esta pandemia pueden tener repercusiones a largo plazo en la salud mental de los más jóvenes, pero mantener rutinas y hábitos saludables puede ayudar a lidiar con la incertidumbre, el aburrimiento, la depresión y enfrentar los nuevos retos académicos. Ahora más que nunca es importante enseñarles a los estudiantes a desarrollar técnicas de autocontrol que les permitirán llevar una vida estable y saludable.