El método Montessori es un modelo educativo que fue creado por la educadora italiana María Montessori a finales del siglo XIX, quien introdujo por primera vez esta metodología con niños pobres de un barrio de Roma. En la actualidad, se ha convertido en un método referente en pedagogía, orientación escolar y educación.
Montessori se caracteriza por la creación de ambientes cómodos y habilitados para que los alumnos (normalmente de corta edad) puedan aprender de forma autónoma y libre y se comprometan con tareas básicas. Por eso, es sencillo de desarrollar tanto en casa como en los centros educativos.
En esta ocasión, veremos…
- 5 claves para aplicar el método Montessori
- Ideas Montessori para cada etapa educativa
- Libros que no pueden faltar en un aula Montessori
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5 claves para aplicar el método Montessori
Montessori reside en la educación respetuosa y la estimulación. Así, se caracteriza por poner énfasis en la actividad dirigida y observación clínica por parte del docente, tratando siempre de adaptar el entorno a las capacidades del niño (por ejemplo, poniendo cada objeto a una altura alcanzable). La finalidad es, por tanto, liberar el potencial de cada alumno.
¿Cómo lo hacemos? Además de estar dispuestos a cambiar nuestra perspectiva, actitud y formas de comunicación, existen claves como:
1. Crear un ambiente adaptado
El orden y la accesibilidad a los espacios, el ambiente calmado y el evitar la sobreestimulación son reglas que pueden ayudarnos a aplicar esta metodología. Aunque las clases suelen darse en los centros escolares, sobre todo en las aulas con alumnos de Infantil, puede optarse por aprender algunos conceptos directamente en la naturaleza, al aire libre.
2. Otorgar libertad de aprendizaje
La actividad que se esté desarrollando en el momento debe ser autodirigida por el alumno, de modo que sea él quien decida qué objeto, juguete o tipo de material desea usar en cada momento y cómo va a trabajar con él. Es el factor principal de la motivación y la concentración.
3. Ofrecer estímulos diferentes
Los cuentos interactivos, las pinturas, los briks de construcción, los recipientes de diferentes tamaños o las pegatinas de colores son algunas ideas; pero siempre puedes ir más allá usando muebles a su altura, gamas de colores, texturas variadas, etc. Consiste en crear diferentes espacios para observar por cuál de ellos se siente más atraído cada niño.
4. Promover su autonomía
El método Montessori se basa en que los alumnos sean los que protagonicen el proceso completo de aprendizaje. Ponerse y abrocharse el abrigo, lavarse las manos, servirse un vaso de agua o recoger los juguetes al terminar de utilizarlos son buenos ejemplos de prácticas autónomas que pueden introducirse en el aula de forma progresiva.
5. Guiar, pero no dirigir
El respeto a las necesidades del alumno pasa por adaptarnos a sus ritmos de compresión, sin exigir más allá de lo esencial (como normas sociales de convivencia y respeto). Recuerda que tú eres siempre su ejemplo. Anima, presta ayuda cuando te la pida y mantente como observador consciente.
Ideas Montessori para cada etapa
¿Has oído hablar del currículo Montessori? Este método se puede aplicar desde los 3 hasta los 18 años, lo que abarca de Educación Infantil hasta el Bachillerato. El currículo pasa por adaptar todos los contenidos a enseñar de forma que sean introducidos con las claves que hemos explicado antes y teniendo en cuenta el plano de desarrollo en el que se encuentre el alumno.
¿Cómo reconocer síntomas e indicadores para su diagnóstico?
Estas son algunas ideas:
Montessori en Educación Infantil
María Montessori explica que, en los primeros años de vida, el niño pasa por un “periodo sensible” respecto a los estímulos.
- Ordena los juguetes por tipos. Para entender el mundo, los niños necesitan ser capaces de reconocer categorías sencillas para interiorizar cada conocimiento. Prueba a distribuir los objetos por estantes y en bandejas o cajas, que son más fáciles de transportar.
- La psicomotricidad en la hora de comer. No necesitamos juguetes específicos para estimular la psicomotricidad fina. Pelar alimentos, batir, untar, cortar algo blando, servirse agua o llenar un recipiente con un cucharón. Esto es igualmente aplicable en la naturaleza. ¡Podéis comenzar un pequeño huerto en clase!
Montessori en Educación Primaria
La Educación Primaria, de 6 a 12 años, abarca lo que María Montessori llamaba «la mente razonadora», un segundo plano de desarrollo donde prima investigar y explorar el entorno.
- Cartulinas y mapas mentales. Hay que explicar por qué se caen las hojas en otoño o dónde se sitúa cada continente en el mapamundi. ¿Y si en lugar de estudiar del libro nos ponemos por grupos con una cartulina y los pintamos o hacemos un puzzle?
- Material manipulativo y de construcción. Todo lo que sea hacerles partícipes al apilar, ordenar y construir les ayudará a interiorizar conceptos. Opta por apps en la pizarra digital, imanes o puzzles. Por ejemplo, podemos estudiar las figuras geométricas creándolas nosotros mismos en 3D desde una plantilla en papel.
Montessori en Educación Secundaria
La edad adolescente es una etapa explosiva. María Montessori compara este tercer plano de desarrollo como estar en una crisálida en la que se debe priorizar cooperación en sociedad.
- Voluntariado y ciudadanía global. La teoría que se da en el aula debe ser la base que se desarrolle fuera de la misma. Es positivo comenzar una actividad de voluntariado o que vele por el bien común (reciclaje, operación kilo, …).
- Iniciativa y cohesión del grupo. Aparta los pupitres y haz un círculo para iniciar un debate sobre lo que se esté estudiando. También puedes dejar que escojan qué quieren hacer: un teatro, elegir un fragmento de un texto para analizar en lengua o proponer experimentos.
Libros que no pueden faltar en un aula Montessori
Sobre el cuerpo humano, los transportes, el espacio, los animales… con imágenes realistas, pestañas o solapas para que los lectores descubran el mundo a su ritmo.